Tulum ha dado un paso estratégico en la consolidación de su modelo económico local al convertirse en el primer municipio del estado en recibir la Feria de Desarrollo Económico, un evento diseñado para acercar servicios, asesorías y oportunidades a emprendedores, empresarios y trabajadores del sector formal e informal.
Esta iniciativa marca el inicio de una nueva etapa en la forma en que el gobierno estatal y municipal promueven la inversión y el emprendimiento como motores clave del desarrollo económico. Con una estructura integral de atención y capacitación, la feria busca facilitar el crecimiento empresarial desde una visión incluyente, sostenible y orientada a resultados.
Servicios integrales para impulsar negocios desde la base
El evento ofreció un catálogo de más de 30 servicios dirigidos a quienes desean iniciar, consolidar o hacer crecer sus negocios. Desde trámites de formalización, asesoría legal y fiscal, hasta programas de financiamiento, capacitación técnica y apoyo para la digitalización, la feria se convirtió en una ventanilla única para resolver múltiples necesidades del ecosistema productivo local.
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Para los emprendedores en etapas tempranas, esto representa una oportunidad invaluable para obtener claridad sobre cómo estructurar sus proyectos de forma legal y sostenible. Para las micro y pequeñas empresas ya establecidas, es una plataforma para explorar nuevas fuentes de financiamiento, profesionalizar sus operaciones y abrir canales de comercialización más sólidos.
Reduciendo brechas, fortaleciendo capacidades
Uno de los objetivos centrales de esta feria es reducir las brechas estructurales que enfrentan muchas personas para incorporarse a la economía formal o escalar sus negocios. La descentralización de los servicios gubernamentales permite acercar herramientas que antes solo estaban disponibles en grandes centros urbanos, lo que democratiza el acceso a oportunidades económicas.
El enfoque no se limita a ofrecer información, sino que incluye acompañamiento real: asesorías personalizadas, enlaces con instituciones financieras, programas de empleo, bolsas de trabajo y capacitación en habilidades productivas con alto potencial de impacto.
Valor agregado cultural y económico: impulso al producto local
Un componente destacado fue la inclusión de un corredor de artesanos mayas, quienes pudieron exhibir y comercializar sus productos bajo la marca “Hecho en Tulum”. Esta acción refuerza la importancia de integrar a los productores tradicionales en la economía moderna, conectando identidad cultural con valor de mercado.
Al fortalecer la marca local y visibilizar el talento artesanal, no solo se promueve el consumo de productos con sello regional, sino que se construye una narrativa de valor para los consumidores y turistas que buscan autenticidad y responsabilidad social en sus compras.
Un modelo replicable para el crecimiento económico regional
La apuesta de Tulum por convertirse en el punto de partida de este tipo de ferias no es casual. El municipio ha crecido exponencialmente en términos turísticos y urbanos, pero el reto ahora es que ese crecimiento se traduzca en oportunidades económicas más equitativas y sostenibles para su población.
La colaboración entre el sector público y las instituciones participantes demuestra que, con voluntad política y visión estratégica, es posible acercar soluciones concretas a la ciudadanía, fortalecer los cimientos del tejido empresarial y generar dinamismo económico local.
Este tipo de eventos, si se replican de forma sistemática en otros municipios, pueden convertirse en catalizadores del desarrollo regional, conectando a emprendedores con los recursos necesarios para prosperar en un entorno competitivo y cambiante.
La Feria de Desarrollo Económico realizada en Tulum no es solo un evento más en el calendario institucional: es una apuesta inteligente para impulsar la economía desde abajo, fortalecer el emprendimiento local y construir una base sólida para el crecimiento inclusivo.
En un contexto donde la formalización, la innovación y la capacitación son esenciales para competir, este tipo de espacios se convierten en plataformas de transformación. Para los emprendedores, significa tener al alcance herramientas que antes parecían inalcanzables; para el municipio, es una inversión estratégica en su propio futuro económico.