La transformación digital es una necesidad que atraviesa a todas las industrias, y en Quintana Roo, este proceso avanza a diferentes ritmos según el tamaño, sector y ubicación de las empresas. Mientras algunas compañías turísticas han integrado herramientas digitales con rapidez para atender a un mercado global, muchas pequeñas y medianas empresas locales aún enfrentan barreras importantes.
En los últimos años, la digitalización en la región ha sido impulsada por la demanda de servicios en línea, el crecimiento del comercio electrónico y la necesidad de modernizar operaciones internas. Hoteles, agencias de viajes, restaurantes y operadores turísticos han incorporado soluciones como reservas en línea, pagos electrónicos y automatización de procesos. Este avance ha sido clave para mantener competitividad y mejorar la experiencia del cliente.
Sin embargo, fuera del corredor turístico tradicional, muchas microempresas aún operan con métodos tradicionales. Negocios familiares, comercios locales y prestadores de servicios en comunidades alejadas enfrentan desafíos como el acceso limitado a conectividad, falta de capacitación en tecnología y recursos económicos restringidos. Estas brechas tecnológicas pueden ampliar desigualdades y limitar el crecimiento económico local.
Otro factor relevante es el acceso a talento digital. Aunque la región cuenta con una población joven y creciente interés por carreras tecnológicas, aún existe una brecha entre la formación académica y las habilidades que demanda el mercado. Esto ha llevado a algunas empresas a buscar alianzas externas o depender de servicios digitales centralizados.
La digitalización no solo implica tener presencia en redes sociales o una página web, sino también incorporar herramientas para la toma de decisiones, análisis de datos, seguridad digital y modelos de negocio adaptados al entorno digital. Las empresas que han adoptado este enfoque integral son más resilientes ante cambios en el mercado, como los que trajo la pandemia o la creciente competencia global.
El reto de fondo en Quintana Roo es lograr una transformación digital más incluyente, que no solo beneficie a las grandes marcas o al sector turístico internacional, sino también fortalezca a los emprendedores locales, fomente el empleo calificado y promueva una economía regional más dinámica y conectada.
