El turismo ha sido el motor que ha impulsado la economía de Quintana Roo, transformando al estado en uno de los destinos más visitados de México. A lo largo de las décadas, esta actividad ha moldeado su desarrollo económico y social.
Contribución al Producto Interno Bruto (PIB)
En 2018, las actividades turísticas representaron una parte significativa de la economía del estado, contribuyendo con un porcentaje importante de las unidades económicas, el personal ocupado y la producción bruta del estado. En 2022, se alcanzó un récord histórico con la llegada de 31.4 millones de pasajeros a través de los tres aeropuertos internacionales de Quintana Roo, lo que generó una derrama económica de más de 19,000 millones de dólares.
Diversificación y resiliencia del sector turístico
La diversificación de la oferta turística, incluyendo ecoturismo, turismo de aventura y cultural, ha contribuido a la resiliencia del estado ante crisis económicas y desastres naturales. A pesar de los retos, la dependencia del turismo presenta desafíos, como la vulnerabilidad a eventos externos que pueden afectar significativamente el flujo de visitantes y, por ende, la economía regional.
Impacto ambiental y sostenibilidad
La rápida expansión turística ha generado problemas de sustentabilidad, afectando el medio ambiente y las comunidades locales. Problemas como el sargazo y la contaminación plástica han amenazado los ecosistemas marinos y las playas. Además, la construcción masiva y el crecimiento urbano desmedido han alterado el equilibrio ecológico de la región.
Iniciativas de turismo sostenible
En respuesta a estos desafíos, Quintana Roo ha comenzado a explorar modelos de turismo sostenible. Iniciativas como la de cooperativas locales buscan generar ingresos para las comunidades mientras preservan el entorno natural y cultural. Este enfoque promueve un desarrollo turístico que beneficia económicamente a las comunidades sin comprometer sus recursos.
El turismo ha sido y continúa siendo el pilar de la economía de Quintana Roo. Sin embargo, es esencial implementar políticas públicas que fomenten la diversificación económica y promuevan prácticas sostenibles. De esta manera, se garantizará un desarrollo equilibrado que beneficie tanto a las generaciones presentes como a las futuras.